Acuerdo Escolar de Conviviencia
I- PRESENTACIÓN DE LA DIRECTORA
A las Familias, estudiantes, docentes, personal auxiliar, administrativos y de maestranza:
Con el fin de brindar a toda esta Comunidad Educativa, un aporte para que podamos encontrar en los “Valores” una respuesta a cada una de las situaciones que se viven a diario en el ámbito escolar y con la idea de preparar y fortalecer a todos nuestros estudiantes, docentes y familias que la componen, es que aportamos estos “Acuerdos Escolares de Convivencia” dirigidos a un objetivo fundamental: “Convivir en el respeto mutuo”.
Tratamos de fomentar con ellos:
-El Respeto.
-La Libertad.
–La Responsabilidad.
-La Participación Democrática.
Para lograr con ellos un estilo de vida distinto, más humano y más Cristiano, creemos que es necesario el compromiso y la colaboración de cada uno de los integrantes de esta Comunidad y por sobre todo, necesitando siempre la Protección de nuestro Dios en el cual creemos y la Luz del Espíritu Santo para obrar siempre con Justicia y Amor.
En el año del Bicentenario del Natalicio de nuestra Fundadora: Madre Mercedes Guerra
¡Paz y Bien!
II- FUNDAMENTACIÓN
El Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba dispone, a partir de la resolución 558, la obligatoriedad de la construcción de los Acuerdos Escolares de Convivencia en las Escuelas de la toda la provincia. Toma como antecedentes referenciales las Leyes Nacionales N° 26.206, 26.061, 26.877, 26.892; las Resoluciones N° 84/09, 93/09, 217/14 y 239/14 del Consejo Federal de Educación; las Leyes Provinciales N° 9.870, 10.222 10.151 y el Dictamen N° 0773/2015 del Área Jurídica del mismo ministerio.
Bastaría la sola mención de la misma para poner en práctica el proceso de construcción de los AEC en nuestra institución, sin embargo la sola obligación de su cumplimiento no alcanza para legitimarlo.
Es así que consideramos este momento como una oportunidad de generar un espacio para la reflexión y el debate crítico acerca de las normas de convivencia que rigen nuestro quehacer cotidiano en el nivel primario con la convicción de que la participación colectiva no sólo compromete a los actores en su cumplimiento, sino que también es un medio para educar y socializar.
Hablar de convivencia escolar implica atender dos aspectos fundamentales de la labor educativa: considerar lo intelectual y formativo y, a la vez, crear un ambiente psicológico, social y moral propicio para el desarrollo de la misma. Para que el aprendizaje sea posible, los intercambios entre todos los actores institucionales que comparten la actividad escolar y que forman la red de relaciones interpersonales, deben construirse privilegiando la comunicación, el respeto mutuo, el diálogo y la participación. En otras palabras, se debe generar el clima adecuado que posibilite el aprendizaje. Desde esta perspectiva se puede afirmar que la buena convivencia y el aprendizaje se condicionan mutuamente. Cada uno es necesario para que el otro pueda darse ya que los procesos pedagógicos y la convivencia institucional están indisolublemente vinculados entre sí.
III- VALORES QUE PROPONEMOS VIVIR Y ENSEÑAR
Consideramos que los valores sólo se conocen, se respetan y se aman cuando se viven. A partir de esta premisa es que nos planteamos la enseñanza de los mismos inspirados en nuestro Ideario Educativo Franciscano.
Creemos que nuestra misión es producir subjetividades que sirvan para la aplicación y la construcción de conocimientos con sentido de futuro. Los AEC implican educar en valores democráticos, lo cual nos exige fomentar en todos los miembros de la Comunidad lo más genuino de su persona. La armonía consigo mismo, con los demás y con el medio es nuestro objetivo y en esa dirección orientamos nuestra tarea cotidiana.
Educar para la democracia implica fomentar el respeto por los derechos humanos por encima de cualquier ideología y la conformación de un orden consensuado, fruto de un debate profundo y permanente. Como proceso de construcción social apunta al desarrollo de la autonomía, la libertad y la responsabilidad reflexiva. Se trata no sólo de una forma de gobernar, sino también de los modos de comprenderse, relacionarse y vincularse que tiene una sociedad que convive y se constituye a partir de la ciudadanía participativa.
Una convivencia institucional basada en estos principios, requiere de un clima participativo, respetuoso y responsable. Valores que queremos expresar a través de diversas dimensiones: estrategias de aprendizaje y enseñanza, métodos de evaluación y la creación de ambientes propicios para relacionarnos, orientados al desarrollo integral y valorando nuestra diversidad como principio activo de enriquecimiento cultural y cívico.
La educación democrática asume el diálogo como principal instrumento organizativo. Para esto es necesaria una actitud abierta y respetuosa hacia las diferentes opiniones y posturas con el fin de encontrar caminos de acuerdo y consenso, ya que toda imposición arbitraria atenta contra la libertad que pretendemos enseñar. Por lo tanto, la buena comunicación adquiere relevancia significativa ya que es requisito para la participación activa y responsable a la vez que nos permite relacionarnos comprometidamente.
Apuntamos a consolidar los vínculos entre todos los miembros de nuestro colegio convencidos de que autonomía y socialización deben exigirse y complementarse mutuamente, ya que ni la primera debe impedir o anular la dimensión social de las personas, ni la convivencia debe ser la excusa para no ser libre o autónomo con todo lo que eso implique.
Pretendemos que nuestros niños y niñas sean los principales agentes de su crecimiento, por lo tanto fomentamos en todos los miembros de nuestra institución el análisis crítico tanto de los contenidos como de la realidad que nos circunda con el fin de lograr insertarnos de manera respetuosa y transformadora en el medio natural y social, basada en el interés común. Aspiramos a convertirnos en ciudadanos capacitados para el discernimiento, el debate, las convicciones y la toma de decisiones responsables.
Elaborar nuestro acuerdo de convivencia, a través de la opinión, el consenso y el compromiso de asumir los valores propuestos y de trabajar en pos de la internalización de las acciones que los favorezcan, reconociendo su importancia, haciéndonos co-responsables del proceso de producción y de los resultados, cobra gran importancia. Se trata de una ardua tarea que no culmina con la redacción del mismo, al contrario. La perseverancia, el pluralismo, el compromiso, la lucha y el respeto por el disenso fundado, son condiciones de la posibilidad de cultura democrática a la que aspiramos como comunidad educativa y que pretendemos transmitir y enseñar.
Por todo lo expuesto, nuestro AEC fomenta los siguientes valores democráticos y universales: respeto basado en los derechos humanos, libertad y responsabilidad. Los cuales, por formar parte de nuestro ideario franciscano, derivan del trabajo institucional realizado en este proceso. Así mismo, y en sintonía con lo expresado anteriormente, nos comprometemos a trabajar aspectos relacionados con participación democrática y comunicación ya que se convirtieron en ejes fundamentales de nuestros debates durante el transcurso de esta experiencia.
VI- NORMAS DE CONVIVENCIA
Es un objetivo principal de nuestra escuela, que los alumnos aprendan a convivir en el respeto mutuo basado en la defensa de los derechos humanos.
Nos comprometemos a promover actitudes acordes con este valor, respetando y haciendo respetar las legítimas diferencias así como elecciones, sin discriminaciones de ninguna índole, fomentando la inclusión de los diversos grupos de la sociedad, a partir de la práctica de valores de igualdad.
En consecuencia, no aceptaremos agresiones ni actitudes ajenas a los valores democráticos o en contra de la defensa de los derechos humanos.
Educamos en y para la libertad incentivando el pensamiento crítico, las iniciativas y creatividades personales que den sustento a la formación de criterios democráticos sólidos para la vida en un mundo en continuo cambio.
Fomentamos la libertad a través del análisis y la crítica respetuosa, las capacidades para el discernimiento, las convicciones y la toma de decisiones en todos los integrantes del establecimiento. De este modo se respetará la opinión de cada uno dada en un marco adecuado.
No aceptaremos acciones o comentarios que obstaculicen el ejercicio de la libertad responsable de cada miembro de la institución.
Promovemos la responsabilidad personal como valor que nos permite ser conscientes de nuestras propias acciones así como de sus consecuencias, cuidando de nosotros mismos y de los demás, respetando las normas y nuestro entorno.
Por lo tanto propiciamos el sentido del deber, la reflexión crítica y asumir las consecuencias de las propias acciones, como así también la reparación de los daños ocasionados en caso de ser necesario.
No se aceptarán conductas que atenten contra el entorno, ni la integridad de sus miembros.
La participación democrática es un valor básico que refleja derechos y obligaciones.
Queremos fomentarla impulsando la colaboración activa y personal en todas las actividades escolares internas o externas organizadas por nuestra institución.
No aceptaremos, por lo tanto, acciones y conductas, que obstaculicen la participación respetuosa y responsable de cualquier miembro de nuestra comunidad.
Definimos la buena comunicación como la transmisión de las decisiones tomadas de manera fluida es un requisito fundamental para que el equipo funcione de manera coordinada y eficaz. A su vez, consideramos que cuando esta es fluida, potencia y beneficia las relaciones interpersonales facilitando la tarea específica de la escuela.
Nos comprometemos a fomentar la buena comunicación transmitiendo, de manera eficiente y por las vías adecuadas, todas aquellas medidas que afecten nuestra tarea cotidiana manteniéndonos informados acerca de todo aquello que haga al quehacer institucional como así también a las expectativas, necesidades y demandas de todos los integrantes de la comunidad educativa.
Reuniones, encuentros personales, cuaderno de comunicados, circulares y actas, son las herramientas eficaces y formales que nos permiten optimizar la comunicación por lo que no aceptaremos otro medio de transmisión de la información (redes sociales o diálogos informales). Tampoco admitiremos aquellos modos o formas que atenten contra las relaciones interpersonales.
El buen funcionamiento del colegio es fruto del compromiso de todos y cada uno de sus miembros, de igual modo la equidad y la justicia frente a la ley en su formulación y aplicación es un valor imprescindible para la vida en democracia.
Todos los miembros del Colegio Del Espíritu Santo, nos comprometemos a conocer y hacer conocer, a respetar y hacer respetar el presente acuerdo escolar de convivencia, no aceptando el desconocimiento del mismo como excusa para su incumplimiento.
V- ACCIONES ANTE EL INCUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS ACORDADAS
Rechazamos la impunidad, tanto en la escuela como en la sociedad en general, en consecuencia, si hay trasgresión a las normas, lo esperable es que haya sanción.
En este marco, la sanción debe ir acorde a la formación de la conciencia ética y ciudadana logrando por un lado, un equilibrio entre el colectivo regulado por una norma y aquellos que la transgreden y, por el otro, favoreciendo un aprendizaje cognitivo que establece cierta relación entre una acción y la consecuencia de la misma, permitiendo desarrollar la capacidad anticipatoria de la mente, esto es: “mis decisiones producen consecuencias”.
Desde esta lógica la sanción será utilizada como un elemento corrector, nunca punitivo, apelando a la reparación, la reflexión, el dialogo y el cambio de actitud como caminos para lograr un mejor clima institucional.
Por lo tanto con nuestras acciones pretendemos que quien transgreda una norma comprenda:
Que el bien propio no se puede alcanzar si no se tiene en cuenta el de los demás, y que el bien de los demás merece tanto respeto como el propio, lo que supone aceptar normas de convivencia humana.
Que cualquiera sea su rol o posición, dentro de la comunidad educativa, debe ser sancionado, esto establece un principio de equidad e igualdad frente a la ley.
Que frente al incumplimiento de una norma es necesario determinar las causas y motivaciones que originaron tales acciones, procurando que la rectificación de la misma llegue a partir de la reflexión y nunca del castigo.
Que todo miembro de la comunidad educativa, ante una sanción, podrá justificarse y ante un error de interpretación de su proceder tendrá oportunidad de hacer el descargo que crea pertinente.
Por lo expuesto en el apartado anterior:
La aplicación de las sanciones se hará en forma gradual y según la gravedad del hecho.
Siempre deberán tener un sentido reparador y estar en concordancia a la naturaleza del daño ocasionado.
Se clasificarán las faltas en leves, moderadas y graves. Basándonos en las definiciones orientativas que enmarca la resolución 558 las definimos de la siguiente manera:
Faltas leves: aquellas acciones o conductas que alteran la convivencia escolar irrumpiendo en el normal desarrollo de las actividades molestando o perturbando sin que involucren daño físico, material, moral o psicológico a otros miembros de la comunidad educativa.
Faltas moderadas: son aquellos comportamientos que comprometen las normas básicas de convivencia y que afectan al bien común, a la institución y/o a cualquier miembro de la comunidad educativa pudiendo causar daño físico, material, moral o psicológico alterando el desarrollo adecuado del proceso educativo y comprometiendo los postulados de este acuerdo.
Faltas graves: se considerarán faltas graves aquellas actitudes y comportamientos que atenten directamente contra los derechos humanos básicos, la integridad física, material, psicológica, ética y/o moral de sí mismo o de otro miembro de la comunidad educativa y del Bien Común de tal manera que puedan causar daños, en muchos casos irreparables o irreversibles.
Ante situaciones conflictivas se procederá de la siguiente manera:
En todos los casos se escuchará a las partes involucradas para que puedan expresar sus posiciones.
Siempre se tomará registro de lo expresado reconociendo el valor de la palabra de cada uno.
Se fomentará la reflexión crítica por parte de los involucrados acerca de lo ocurrido.
Se promoverá el diálogo como forma de acercamiento y de superación del conflicto.
Se intentará en todos los casos llegar a acuerdos que permitan superar la situación conflictiva, con el fin de promover una convivencia saludable.
Los valores promovidos en este AEC serán los fundamentos de nuestro accionar en las distintas situaciones a resolver.
Agotadas las vías de resolución de conflictos acordadas, se pedirá asesoramiento específico a inspección con quien se analizarán los pasos a seguir, pudiendo incluir la intervención del Ministerio en caso de ser necesario.
VI- ESTRATEGIAS DE SOSTENIMIENTO DEL ACUERDO ESCOLAR DE CONVIVENCIA
Convencidos de que nuestro AEC será un instrumento valiosísimo para el crecimiento y el aprendizaje de todos los integrantes de nuestra comunidad educativa contemplamos, como acción posterior a su aprobación las siguientes acciones:
Continuar con las estrategias que ya se están trabajando anualmente a saber:
Construcción de acuerdos de manera grupal, fortaleciendo el diálogo y el intercambio entre los diferentes miembros del Colegio, registrando las propuestas que van surgiendo.
Promover el ejercicio de una escucha atenta, valorando la palabra de cada integrante de nuestra comunidad educativa y considerándolo parte activa en la construcción de las normas cotidianas que regulan nuestra convivencia diaria.
La comunicación institucional se realiza a través de los medios formales destinados a tal fin, en las reuniones institucionales y/o con las familias reuniones de padres y entrevistas personalizadas. En todos los casos se registran por escrito los resultados de la misma.
En las aulas se construyen año a año los acuerdos de convivencia áulicos con la participación de todos los integrantes del grupo, incluidas las docentes.
En caso de dificultades en las relaciones interpersonales, existen espacios de diálogo en donde las personas involucradas pueden expresar sus puntos de vista. Estos espacios se generan en distintas instancias, dependiendo de la gravedad del hecho.
Para poder avanzar y afianzar nuestro acuerdo nos proponemos además implementar las siguientes acciones:
Al comienzo de cada año escolar, en la primera reunión informativa a las familias se les explicará brevemente sobre los AEC y se los invitará a participar en las sucesivas instancias que se llevaran a cabo durante el año.
Implementación de las “Jornadas de Convivencia Institucional” con padres, niños y docentes a trabajar a lo largo del año, realizando con las familias encuentros trimestrales.
Talleres para padres con el fin de involucrarlos en la parte formativa de los niños para poder sostener los AEC.
Talleres de actualización docente en los que se abordarán los diferentes aspectos que hacen a una buena convivencia escolar.
Creación de un “Foro de Debate” como espacio de participación efectiva destinado a mejorar la convivencia escolar y en donde los diferentes actores de la comunidad educativa, podrán expresar sus puntos de vista acerca de una situación o tema puntual que surja, en un marco de contención institucional.
Implementar estrategias de la mediación escolar con la finalidad de que, paulatinamente, nuestros estudiantes adquieran estas herramientas para solucionar conflictos.
La elaboración de este acuerdo se debe a un arduo e intensivo trabajo colectivo. Creemos que este proceso constituye un aprendizaje en sí mismo, por lo que nos proponemos evaluarlo periódicamente. Además, los miembros de las instituciones escolares se renuevan año a año. Por lo tanto, este AEC será sometido a revisión dentro de tres años con el fin de reanudar el compromiso adquirido, hacer los ajustes necesarios en la redacción del mismo y ampliar las acciones para su consolidación.
En la construcción de las normas que regularán las interacciones entre los protagonistas escolares, y con el fin de asegurarnos el cumplimiento de nuestros propósitos educativos, necesitamos de la participación de todos los integrantes de la institución. Siendo los niños y niñas de nuestra escuela los protagonistas centrales de este proceso y por ser a ellos a quienes se busca formar en el ejercicio de la ciudadanía democrática, asumimos el compromiso de transmitirlo teniendo en cuenta el nivel que estén cursando abordándolo no sólo desde su lectura, sino también a partir de trabajos áulicos concretos, reflexiones críticas acerca de acciones cotidianas, propuestas inclusivas, entre otras acciones.
Por todo lo expuesto, los miembros adultos del Colegio Del Espíritu Santo asumimos el compromiso de apropiarnos de este AEC para transmitírselos a nuestros estudiantes y así lo conozcan y lo vivan a partir de prácticas coherentes con los valores y normas que lo sustentan, fomentando además, una efectiva participación democrática.